31 may. 2011

Leyendas de Cúa..

La maldición de Cúa
 
El color de piel no tiene nada de malo, unos son blancos y otros morenos, nadie debe sentirse mal por la tonalidad que Dios le  a puesto a la piel de cada uno de nosotros, pero es claro que en el siglo XIX las cosas no eran así para muchos, el color de tez determinaba en varios casos como serian tratados los individuos.

En la población de Cúa existo un padre llamado Céspedes al cual el gentilicio le apodo El Negro, debido a su tonalidad, tanto eran las bromas que constantemente le hacían los pobladores que una vez le regaron en el cuarto cal viva, e incluso los hacendados y demás personas (no en su totalidad) se negaban a portar las varas del palio, ya que decían que no honrarían “al negro” pero sin embargo aun después de explicarle que no era para honrar al padre sino para honrar al santo que el padre cargaba, ellos de igual modo seguían en su negativa.
 
Tanto fueron las burlas que el viernes de concilio, exactamente el día 12 de abril de 1878, el padre decide emprender camino hacia las tierras ocumareñas  con el fin de alejarse de un castigo que vendría del cielo, al momento que el párroco llega a Ocumare se emprende en Cúa un terremoto que azotó a todo el pueblo.

Un beso de la Sayona de El Guayabal

El Guayabal es una comunidad ubicada en el pueblo de Cúa donde según cuentan sus pobladores se aparece una hermosa mujer de cabello largo y sedoso, que es mejor conocida por atraer a los hombres mujeriegos seduciéndolos hasta el punto de aceptar todas sus propuestas, llevándolos al monte ella puede lograr matarlos o incluso volverlos locos.
 
Hace unos años esta bella pero despiadada mujer se estaba bañando en uno de los muchos pozos existentes en esta comunidad pero un joven la empezó a observar mientras está se colocaba agua en su cuerpo totalmente desnudo, ella por su poder encantador pudo percatarse desde el primer instante de que un muchacho la miraba detrás del tronco de un árbol denominado bucare.
 
La preciosa dama al instante le hace señas para que se acerque y el joven galán, ni soso ni perezoso, se acerca a ella todo embobado por su encanto:
 
   -Guapo – Dice la bella dama - ¿Qué hacías escondido detrás del árbol? ¿No sabes acaso que desde hace un rato te estoy esperando para que me acompañes en mi baño? Vamos, quítate la ropa y entra al pozo para que disfrutes del más delicioso chapuzón de tu vida.
 
El joven algo impulsado por los efectos hormonales, acepta su invitación y no duda en quitarse los trapos pero sin razón alguna esté se mete a la boca una de esas cadenas, conocidas como crucifijos, que acostumbramos a llevar en el pecho. Acto seguido, la mujer lo toma de las caderas y le intenta dar un beso pero cuando su lengua siente la cruz, empieza a gritar de una forma espantosa que pudo asustar a cualquiera, por lo que ella le dice:
 
   -Te salvas bribón, gracias al crucifijo… De lo contrario ibas a saber lo que era el exótico beso de La Sayona. 


Bueno cosas que pasarón.. Costumbres de un pueblo..

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